

Las cifras recientes de inflación fueron preocupantes. En abril, la variación mensual fue 0,66 %, por encima del 0,47 % esperado, lo que elevó la inflación anual a 5,16 % desde 5,09 % en marzo. Este repunte complica el panorama tras el último recorte de tasas de 25 pb por parte del BanRep, basado en una esperada reanudación del proceso desinflacionario. Ahora el mercado prevé una inflación de 4,8 % y una tasa de interés de 8,25 % hacia fin de año. El aumento estuvo impulsado por servicios y alimentos, aunque la mayoría de los componentes sigue mostrando reducciones anuales, salvo los precios regulados. Sin reunión de política en mayo, se espera que el BanRep mantenga un enfoque prudente, dado el entorno complejo para alcanzar la meta de inflación y los retos fiscales actuales.
En el frente fiscal, destacaron dos hechos locales. Primero, el déficit fiscal del primer trimestre fue 2 % del PIB, el mayor en dos décadas para este periodo (en 2024 fue 1 %). El déficit primario alcanzó 0,8 %, superando en 0,6 pp la meta del Plan Financiero, debido al mayor crecimiento del gasto frente a los ingresos. Segundo, el Minhacienda expidió el Decreto 0572, que anticipa el recaudo del impuesto de renta de 2026 vía incremento en la autorretención para sectores como minería, energía y construcción. Las tarifas van del 3,5 % al 4,5 %, con un anticipo del 75 % del impuesto. La medida genera preocupación empresarial por su posible efecto negativo sobre la inversión actual y los ingresos tributarios futuros. En junio se presentará el MFMP, clave para evaluar la sostenibilidad fiscal ante el riesgo creciente de una nueva rebaja en la calificación crediticia.

Mayo inició con la Fed manteniendo su tasa en 4,25 %-4,50 %, y Powell advirtiendo que la política comercial podría afectar la inflación y la actividad. Moody’s retiró la última calificación “Aaa” de EE. UU., citando el alto déficit fiscal, el creciente costo de la deuda y una relación deuda-intereses proyectada de 134 % del PIB para 2035. La noticia coincidió con la aprobación por estrecho margen del ambicioso paquete fiscal “the big, beautiful bill”, que amplía recortes de 2017, crea deducciones y subsidios, endurece requisitos sociales y añade entre 3,3 y 5,2 billones de dólares al déficit. La subasta de bonos a 20 años mostró débil demanda y un rendimiento de 5,127 %, reflejando mayor riesgo fiscal tras la pérdida de la triple A.
Pese al inicio prometedor en el frente comercial —con diálogo formal con China y un acuerdo con el Reino Unido—, las tensiones resurgieron. EE. UU. y China pactaron rebajas arancelarias y suspensiones regulatorias por 90 días, lo que redujo momentáneamente la tensión. Sin embargo, Trump anunció aranceles del 50 % a la UE desde junio, luego postergados tras un acuerdo con Bruselas. La incertidumbre aumentó cuando un tribunal invalidó órdenes arancelarias emitidas bajo la IEEPA, aunque el fallo fue suspendido y apelado. Las fricciones escalaron tras acusaciones mutuas entre EE. UU. y China, especialmente por restricciones a Huawei y Nvidia. Así, el optimismo inicial dio paso a dudas sobre la estabilidad del orden comercial global.